Las grandes ciudades son sistemas complejos en los que conviven usos y actividades muy diversas y complementarias que contribuyen a mantener el dinamismo propio de estos núcleos humanos.
Barcelona, como otras ciudades del mundo, ha incorporado progresivamente en los últimos años los valores de la cultura de la sostenibilidad en la gestión municipal con el objetivo de hacer un uso más eficiente de los recursos disponibles y reducir su huella ecológica. En este contexto de gestión ambiental sostenible, uno de los vectores en los que se está trabajando es el de la contaminación acústica, el impacto asociado a la dinámica habitual de las ciudades y, en especial, al tráfico de vehículos a motor.
¿Qué es el ruido?
El sonido pasa a ser ruido cuando se introduce la variable molestia. Así, se entiende el ruido como sonido molesto y perjudicial. La molestia que causa el ruido es fruto del nivel de presión sonora y también de la duración, pero el que más se percibe son los niveles altos de presión que destacan del ruido de fondo. De hecho, un ruido no especialmente fuerte puede resultar molesto cuando no hay, o desaparece, el nivel acústico de fondo. Así, por ejemplo, cuando se cortan las calles en la ciudad y baja el ruido de fondo, aumentan las quejas de los vecinos por otros tipos de ruido que quedaban ocultos por la incidencia del tráfico.
Principales fuentes de ruido en Barcelona
Barcelona presenta unas características acústicas -en cuanto a niveles, evolución diaria, principales fuentes, etc.- equiparables a las de otras ciudades europeas que son similares en extensión y población. Sin embargo, la mayor compacidad y densidad propia de la ciudad, así como el uso intensivo del espacio público por parte de los ciudadanos, hace que el ruido se perciba con más intensidad.
El tráfico es la fuente que engloba prácticamente la totalidad de la superficie de la ciudad y la fuente más relevante de día. Es la principal fuente de superación por niveles. El impacto de los grandes ejes ferroviarios de la ciudad se ha reducido: casi todas las vías ferroviarias en zonas residenciales están cubiertas.
El uso industrial es cada vez más de baja intensidad y por tanto su impacto se reduce (en St Martí casi ha desaparecido y ha bajado al resto, incluso en Zona Franca)
Las actividades de ocio, a diferencia del tráfico, están muy localizadas en zonas concretas de la ciudad. Según la percepción ciudadana, el ocio nocturno y el uso intensivo del espacio público de noche es una de las fuentes que más molestias generan. En las zonas de ocio la calidad acústica de noche puede ser peor que de día.
Otra fuente de ruido son las zonas comerciales. La contribución a los niveles globales de las calles peatonales se centra en horario diurno y de tarde y tiene relevancia sobre todo en zonas sin tráfico (por ej. Ciudad Vieja)
Fuente de los datos: Ayuntamiento de Barcelona
¿Qué hacer para combatirlo?
Es importante estar sensibilizados sobre los perjuicios que causan los elevados niveles de ruido en la salud de las personas, así como las consecuencias que causa en el medio ambiente. Sin embargo, hay ciertos factores que no dependen de uno mismo y contra los que no se puede luchar para obtener el silencio en casa.
Es por ello que Iscletec propone una solución que aumenta de manera exponencial el bienestar de los habitantes de Barcelona. Tal y como anuncia el Ayuntamiento, un buen aislamiento en los edificios es primordial para mejorar la situación y combatir la “pobreza sonora” de la ciudad. Los antiguos edificios que la componen no están preparados estructuralmente en cuanto a aislamiento acústico y los cierres son sus puntos débiles, los que ofrecen menor resistencia al ruido.
Las ventanas de Iscletec, con sus modelos de 78 y 92 mm de espesor permiten triples cristales y cuentan con la tecnología necesaria para minimizar ruidos innecesarios.