La madera está de moda.
Fuente: Barcelona Building Construmat
Gafas, relojes, bicicletas y los accesorios más extraños: lo queremos todo en madera. No sorprende entonces que los edificios también. Quizás esta sea la razón principal del éxito que este material está teniendo en el sector de la construcción, tanto que ya se habla del siglo de la madera, después del siglo del acero y el del hormigón.
Desde hace años, arquitectos e industria de la construcción están preparados para diseñar y realizar los edificios de madera que se construyen en la actualidad, pero no conseguían salir de un nicho de mercado muy pequeño. Algunos proyectos de unos pocos atrevidos arquitectos – con formas en la mayoría de los casos extrañas y que poco tenían a que ver con lo que la gente se esperaba de un edificio – quedaban relegados en publicaciones especializadas de bio-arquitectura o del mismo sector de la madera.
Es cierto que se han hecho algunos avances técnicos. El sector, en plena expansión, está dedicando muchos recursos a la investigación para realizar sistemas con prestaciones cada vez más elevadas. Cierto es, también, que las nuevas generaciones de proyectistas tienen más familiaridad y conocimientos sobre este material.
Todo este potencial inexplotado estaba a la espera de un último y fundamental elemento, la demanda. Y la demanda, como a menudo ocurre, sigue las dinámicas de la moda, es decir de lo que se percibe como adecuado, justo y oportuno en un determinado momento. El tiempo de la madera parece haber llegado y cabe desear que lo haya hecho para quedarse ya que los beneficios de su correcta utilización en la construcción son, sin duda, positivos para el planeta y sus habitantes.
Más allá de sus características formales, que casan perfectamente con la sensibilidad estética actual, las construcciones en madera tienen múltiples ventajas que podríamos agrupar en cuatro categorías principales:
– Sostenibilidad medioambiental
La edificación es una de las actividades humanas con mayor impacto en el medio ambiente. Durante su ciclo de vida, desde su construcción hasta su demolición, un edificio consume recursos naturales, produce emisiones en el medio ambiente y genera residuos. Varios estudios LCA (Life Cycle Assessment) comparan los ciclos de vida de edificios realizados con diferentes sistemas constructivos basados en la madera, hormigón armado, acero y ladrillos, demostrando que los impactos de los edificios en madera resultan más sostenibles para el medio ambiente.
– Ahorro energético
Se calcula que los edificios consumen alrededor del 40% de la energía demandada en el mundo.
La eficiencia energética de los edificios es, por lo tanto, extremadamente importante para el destino de nuestro planeta y, sin duda, el ahorro energético está introduciendo cambios significativos en la manera de construir. Las normativas técnicas obligan a sistemas cada vez más eficientes.
– Confort habitativo
El confort habitativo se define como el bienestar psicofísico de las personas que viven en un ambiente y es una sensación que depende principalmente de algunas condiciones ambientales, la mayoría de las cuales medibles y controlables (temperatura, humedad, calidad del aire interior, velocidad del aire, temperatura superficial, iluminación, condiciones acústicas,…). Destacamos solamente algunas de las características de la madera que permiten controlar estas variables y conseguir los valores adecuados para asegurar un confort elevado.
La madera es un material higroscópico, que tiende a absorber o perder agua según las condiciones del ambiente. Es, por lo tanto, un regulador de la humedad relativa interna y actúa al mismo tiempo como filtro del aire interior que penetra en los microconductos que componen las fibras del material. Gracias a su baja difusividad térmica, la madera varia su temperatura lentamente puesta en contacto con un cuerpo a una temperatura diferente. La sensación térmica al tacto es agradable, porque refleja nuestra condición térmica. De ahí que comúnmente definamos la madera como un material “cálido”.
La madera es un material natural y la sensación de estar en contacto con la naturaleza tiene importantes beneficios psicofísicos.
– Racionalización del proceso constructivo
Una de las principales ventajas de los sistemas constructivos en madera es la posibilidad de pre-fabricar la mayoría de los elementos constructivos incluyendo también parte de las instalaciones o de los acabados. En la obra, el montaje de los elementos se realiza en seco, con el consecuente ahorro de agua. Los tiempos de realización se reducen notablemente y esto permite por un lado un ahorro económico importante y por el otro una atenuación significativa del impacto de la obra en su entorno.